lunes, 18 de marzo de 2013

Llueve...


Crear de sueños, ilusiones y percepciones
Una historia que respire por tus sueños y los míos
Que fluya como un arroyo glaciar
Con nosotros dos nadando  en el caudal

Pero es que tú quieres fluir en otras aguas
Y yo quiero recorrer y mojar tu mundo
Si no estoy contigo para ti no es una tragedia
Si me faltas tú, soy un rio sin fuerzas

Tan cansado estoy de intentar, que ya no quiero más
Volver a mis raíces, donde era ingenuo e inocente
Donde era no más que una gota de lluvia
Cayendo desde el cielo sin un poco de furia

Se libre y viaja donde quieres, con quien deseas
Que yo me quedo estancado viendo como fluyes
Es tu destino, ser libre y sin condiciones
Es el mio, vivir sin tus dones

Como me habría encantado darte los míos
Pero yo no era ni seré suficiente
No estaba preparado para ti, y no voy a estarlo
Pero de ti era yo, algo más que tu propio vasallo

lunes, 11 de marzo de 2013

Sin ella!


Tierra maldita, ahogada en sangre y codicia
Indiferencia pura hecha nación
Si la muerte fuera benigna, solo sevicia
Y todos cantan ciegos su canción

Y es que parece maldita, sin salvación
Condenada a la hoguera por su esencia
Ignorancia y miseria cruda y sin razón
Implora de un dios su presencia

Pero todos ciegos, dando tumbos
Mientras se muere su naturaleza
Callan sin escuchar el mundo
Y crece como el cielo la maleza

Y una luz tenue me alumbra
Que me hace creer en ella
Increíble que de su existencia venga
La esperanza, y no es de una doncella

Maldita tierra que me diste la vida! Y la de ella!
Condenado aire que respiro que me atormenta
Si en otro lugar la vida fuera bella
Llévame allá, al otro lado del planeta!

Sin ella!



jueves, 28 de febrero de 2013

Anónimo... M.U


Como empezar a amarte, si no me ves
Como empezar a hablarte, si no me escuchas
Como empezar a tenerte, si eres de alguien más
Si yo para ti soy anónimo

Como empezar a besarte, si tus labios huyen
Como empezar a buscarte, si no se donde estas
Como empezar a abrazarte, si mis brazos te reclaman
Si para mi eres anónima

Pero todo comenzó, con una excusa
Pero todo comenzó, con una súplica
Y si todo había terminado, por que vuelves a mí?
Si ahora somos anónimos?

Pero ya conocemos el latir de nuestros corazones
El sabor de nuestros labios y la textura de nuestra piel
El calor de nuestros abrazos y el deseo de nuestros seres
Que somos, si ya no somos anónimos?



lunes, 25 de febrero de 2013

Un error en el camino...


Un error en el camino

No fuí capaz de cargar los pilares de tu infierno
No pudiste elegir entre el presente y el pasado
Mientras te consumió la ingenuidad tu carcelero
Soñaba con tenerte pura y mía como tuvo el tu sagrado

Y quemé tus recuerdos, plasmados en imágenes que te dediqué
Y no hubo mas de tí en mí que solo ilusión
Y solo quedó un camino más en mi futuro que emprender
Mientras soñaba con nuevas esperanzas, ocultando el dolor

Enterré tu ser bajo abismos de espejismos
Convenciéndome a toda hora que no eras real
Que fuí un error en tu camino
Orgulloso marché por haberte conocido

Entonces recordé, nuestro lazo en la oscuridad
Y jamas me perdone, por haber sido un error en tu camino

Una antes doncella sin salvador, cuando la muerte te condenó
Fuiste todo menos mía, pero yo tuyo de por vida
Sin poderte llorar te recuerdo, hoy en tu día mas bello
Te deje caer, Me condenaste a tu anhelo... por tanto tanto tiempo...

Siento no haberte salvado, de tu oscuro tormento
Pero no puedo perdonar, haber sido uno mas
Y sin vacilar ni más rodeos con valor te comento
Que un error en mi camino, fuiste tu por siempre y jamás


Pétalos de rosa. (ganador concurso de cuento T. de A, 2012)


Lina llora desconsolada, con moretones en su rostro. Es bella, pero la angustia y el dolor han transformado sus facciones. Su esposo esta vez se empeñó en destruir sus ojos. Andrea, directora de la fundación Pétalos de Rosa, escucha atenta la historia de la infortunada mujer. Cuando termina, hace lo mismo que hace con todas las mujeres maltratadas que llegan en busca de ayuda.
Lina - comienza diciendo Andrea, en tono apaciguador. Le entrega un pequeño cuaderno de pasta roja -, lee este fragmento de mi diario. Sólo léelo. A veces, nuestros sentimientos nos traicionan. A veces, una tragedia nos libera. No quiero que mueras para que seas libre, puedes serlo mientras vives. Léelo. Es la razón de Pétalos de Rosa. Una tragedia cambió mi mundo y quiero cambiar tantos mundos como me sea posible.
Quiero cambiar tu mundo.
Lina toma el pequeño cuadernito con las hojas desgastadas y casi amarillas; Arrugadas al parecer por el uso. ¿Cuántas mujeres habrán leído lo mismo? Quiso preguntar Lina, pero se sumergió en la lectura:
17 de julio.
Hoy por fin lo hice. Terminé con Sebastián. Nos encontramos en la cafetería que hay al lado del edificio donde vivo. Supongo que ya sabía a que atenerse. Se veía demasiado preocupado. Tenía la mirada distante, perdida, vacía. Cuando me saludó intentó fingir una sonrisa, pero por poco le sale una mueca apática y grotesca. Pero sé que no era justo con él; ya debía saber él que había alguien más en mi vida. Aunque por un segundo creí que me diría algo, algo  importante. Pero no lo dejé hablar. Hubiese sido mucho peor si se hubiese puesto a decir que me amaba y esas cosas. No había imaginado que lo tomaría tan bien. Solo sonrió, esta vez honesta y melancólicamente, y me besó en la frente. Solo dijo una palabra. Adiós. Te deseo lo mejor, Sebastián.
21 de Julio.
Jamás, Jamás en mi vida había sido tan feliz. Leonardo es el hombre de mi vida. ¿Como pude perder tanto tiempo con los otros? ¡Hoy ha sido nuestro primer día en nuestro apartamento! Aunque todavía esté desordenado y lleno de cajas, caos y desorden, es nuestro pedazo del mundo, ¡solo para nosotros! Aprovecho a escribir en este diario cuando ya se ha dormido. ¡Es el amante más espléndido que hubiese podido imaginar! Lo veo aquí, a mi lado, y me pregunto como pude enamorar al hombre más hermoso del planeta. Sólo espero poder hacerlo tan feliz como el a mí, y lo intentaré cada día de mi vida. Leo, lo prometo! Jamás te decepcionaré…
No aguanto más,  iré a enredarme en sus brazos fuertes y protectores, y a esperar la llegada de la mañana. Se siente tan bien saber que es él lo último que veo en la noche y lo primero que veo en la mañana…
¡Solo ver su rostro a mi lado me hace casi llorar de alegría! ¡Gracias Leo! Te amo como nunca he amado. ¡Y como jamás amaré!
¡Buenas noches mundo! Qué seas alguna vez tan feliz como lo soy ahora.
23 de julio
El apartamento luce precioso. Finalmente terminé. Leo aún no llega, pero sé que cuando regrese va a estar impresionado. Sé que en éstos días ha estado un poco cansado del trabajo, y no ha podido ayudarme con la organización de nuestras cosas. Pobre, siempre llega agotado. Supongo que el derecho es una carrera más dura de lo que alguna vez imaginé… Sé que se pondrá feliz de ver nuestro hogar así, limpio y ordenado, ¡perfecto! Como nuestras vidas…
¡No hay gatos! ¡Ay que felicidad! ¡La casa de Sebastián siempre dominada por esa asquerosa gata! Recuerdo que Sebastián la bautizó con mi nombre... ¿Que será de él…? No. No puedo ni debo preocuparme por él. Leo es todo en mi vida ahora.
Cuando llegue, lo esperaré, y miraré su reacción al ver nuestro hogar reluciente y  haremos el amor hasta que quedemos exhaustos. No puede haber forma mejor que ser recibido así en tu casa, por la mujer que amas, ¿no?
Ya llegó! Lo amo, ¡lo amo!
27 de Julio
Se acerca mi cumpleaños, y estoy un poco triste. Mis mejores amigos me han invitado a celebrarlo al club más genial de la ciudad. A Leo no le ha gustado. Supongo que eso pasa cuando empiezas una familia, ¿no? Debes dejar un poco esas costumbres de salir y celebrar con tus amigos. Si, Leo tiene razón. Deberíamos estar él y yo solos ese día. Igual no necesito a nadie más. ¡Cocinaré una cena espectacular! Y luego escucharemos buena música, un buen vino y… que los deseos nocturnos de mi hombre sean complacidos. ¡Todos y cada uno!
3 de Agosto.
Faltan dos días para mi cumpleaños. ¿Que tendrá de sorpresa Leo para mí? ¡Ay, muero por conocer su regalo! Busqué en la casa esta mañana, pero no encontré nada. ¿Será que lo tiene en la oficina? No puedo creer mi vida, ¡soy tan feliz! Que hice para merecer todas estas bendiciones… ¡Dios mio!
Mañana debo ir a la universidad, a gestionar el horario del semestre. Extraño a mis compañeros, no los veo hace días.  No me han llamado, ¿que será? Creí que les importaría saber sobre la nueva etapa de mi vida con Leo. Será que… ¿Sebastián les dijo algo? Será que, ¿los puso en mi contra con mentiras y estupideces? ¡Agh! ese idiota. Pues bien. Lástima que no pueda olvidarme. Sus comentarios y calumnias no arruinarán  el mejor momento de mi vida.
4 de Agosto, en la mañana.
Leo se acaba de marchar al trabajo. Me ha hecho el amor de la manera mas apasionada. Amo ese hombre, ¡lo amo! Quiero verlo de nuevo… Iré a la universidad y luego lo invitaré a almorzar. Tal vez, tengamos tiempo de otra sesión de lujuria…
4 de Agosto, en la tarde.
Vi a Natalia y a Jonathan en la universidad. ¿Por qué estaban tan distantes conmigo? Creí que estarían emocionados al verme y me preguntarían sobre Leo y mi nueva vida. Pero apenas si nos tomamos un café, y se marcharon rápidamente. Tampoco preguntaron por Sebastián.  ¡Ese idiota de Sebastián! Debe haberles dicho algo. Y me ha hecho quedar como una arrabalera. ¡Habrá que hablar con ese estúpido resentido!
Ay, estoy algo frustrada. Además, de la indiferencia de mis compañeros, resulta que no pude almorzar con Leo. Cuando fui a su oficina, su socio me dijo que se había ido a almorzar hacía solo unos minutos.   ¡Mañana es mi cumpleaños! Estoy tan emocionada! Que tendrá Leo para mí!
Empezaré a hacer la cena. No debe tardar.
5 de Agosto.
En dos minutos será media noche, y oficialmente será mi cumpleaños. Quisiera que hubiese empezado de manera diferente…
Leo se ha enojado muchísimo por haberme aparecido en su oficina. Me ha reclamado muy fuerte, y me siento mal. ¿Acaso es tan grave querer almorzar con él? Le pedí perdón, sin embargo se fue a dormir sin despedirse. Está a mi lado, pero lo siento tan distante…Oficialmente, es mi cumpleaños
Te amo, Leo.
6 de Agosto en la mañana
Me desperté y Leo ya se había marchado. ¿Seguirá enojado por lo de ayer? Espero que no. Creo, mas bien, que la sorpresa que tiene esta noche para mí es fantástica, por eso se hace el desentendido. Bien, pues no es el único que tiene derecho a sorprenderme. Esta noche me vestiré de la manera más sensual, y prepararé la más exquisita cena que él haya probado.
¡Mi primer cumpleaños a su lado!
6 de Agosto en la tarde.
¡Está todo listo! ¡Debe estar a punto de llegar! Muero por saber que tiene para mí. Espero que le guste lo que visto sólo para él… Quiero ser digna de lo que tiene para mí…
6 de Agosto, casi media noche.
Leo aún no llega. No me llama, ni responde su teléfono. Sebastián, tampoco se reportó a felicitarme. Acabo de darme cuenta que tampoco me llamaron mis amigos. ¿Que sucede? ¿Habrá sido tan grave lo que les contó Sebastián?
 Estoy desconsolada. ¿Como pudo hacerme esto? ¡Es mi cumpleaños! ¡Él debe saber que es mi cumpleaños! Me siento como una estúpida.
7 de Agosto.
No he parado de llorar. Llegó a las 3 de la mañana, totalmente ebrio. Ni siquiera me miró, sólo se dejó caer  a mi lado. Apestaba a licor. Que pude haber hecho, ¿para que me trate así?
Escribo estas líneas con deseos que la escritura me provoque sueño. Imposible dormir, me siento muy mal.
Leo, perdóname por lo que haya podido ofenderte. Debe ser muy malo lo que hice, para que te hayas comportado así en mi cumpleaños. Lo siento mi amor, lo siento…
Espero que mañana vuelvas a ser el mismo de siempre, conmigo.
11 de Agosto.
Algo le pasa a Leo. Está muy distante. Ya no me hace el amor como antes. ¿Será algo de su trabajo? Puede ser. Pero él sabe que siempre estaré aquí, para confortarlo. ¿Que haría él sin mí?
¡Hoy he empezado mi último semestre de Ingeniería ambiental! Que delicia volver a la universidad. Extrañaba tanto ese ambiente. Mis amigos, las clases, la expectativa y los nuevos profesores…
Cosa extraña, no vi a Sebastián. Natalia y Jonathan,  me estaban evitando hoy. Tengo que hablar con Sebastián, y preguntarle que diablos fue lo que les dijo. No quiero perder mis únicos amigos…
Escucho la puerta. Debe ser mi Leo. ¡Me lanzaré a sus brazos y le demostraré lo mucho que lo amo!
12 de Agosto en la mañana.
Estoy deprimida. Me siento mal. Me siento fea, horrible. Leo ayer, apenas, con disgusto me besó. ¿Es que ya no me desea?
Estoy dispuesta hoy a solucionar el problema que tengo con Jonathan y Natalia. Les preguntaré que fue lo que les dijo Sebastián. Ellos deben comprender que hay dos lados de la historia.
¡No fui tan mala! Hice lo correcto… ¿o no?
Se hace tarde. Tengo clase y debo partir. Espero que me sienta mejor en la noche.
Leo, extraño tu amor…
12 de Agosto en la noche.
Jonathan y Natalia no me dieron la oportunidad de explicarles. Supongo que el veneno que les contó Sebastián fue peor de lo que esperaba. Pues, mala suerte para ti, ¡Sebastián! ¡Amo a Leo y con él pasare el resto de mi vida!
A propósito, debe estar a punto de llegar. Mejor que le prepare la cena. Pobre, debe estar exhausto...
13 de Agosto, en la madrugada.
La peor noche de mi vida. Leo mi amor, ¿por qué me hiciste esto?
Leonardo llegó muy tarde, de nuevo. Totalmente ebrio. Apestaba a licor, como si se hubiese bañado en alcohol…
Mis lágrimas mojan mi diario. Lo siento diario, pero, no puedo parar. Leonardo me violó. No le importó que me negara… Lo extrañaba, ¡lo extrañaba tanto! Pero no quería así… no así…
De sentir su aliento me dan nauseas. Sabe que lo amo, ¿por qué debía forzarme? Leo amor mío… ¿por qué me hiciste esto?
Me siento de lo peor. Ni escribir me consuela. Supongo que no me queda más que llorar.
Leo, a pesar de todo te amo…
21 de Agosto
Ha pasado mucho tiempo desde que escribí por última vez. Quisiera plasmar lo que siento. No tengo a nadie más que me escuche. Que  permita descargarme. Papel y lápiz son ahora mi consuelo… Sebastián, empiezo a extrañarte…
¿Que pasó con mis amigos? Nadie me habla. Parezco invisible para ellos.  Para todos.  Natalia y Jonathan me ignoraron del todo. Por más que les rogué, no me escucharon. ¿Tan cruel habré sido con Sebastián? Tanto fue su odio por mí, ¿que los convenció que era la peor mujer del mundo?
Debo hablar con Sebastián…
Leo se alejó aun más de mí. ¿Que pude haberle hecho para provocar un cambio en él así? Llega casi todas las noches ebrio, y se acuesta sin ni siquiera mirarme. ¿No soy digna acaso, Leo mi amor, de un “buenas noches” de tus labios? Me siento tan sola…
Lloro a toda hora. En ocasiones debo salir de clase e ir a llorar al baño. ¿Que me pasa? Todo parecía ser tan perfecto…
Leo vuelve a mí… te extraño tanto…
22 de Agosto.
No encontré a Sebastián en la Universidad. Que raro. ¡Quiero que arregle las cosas con mis compañeros! ¡Que desmienta todo lo que les hizo creer a ellos sobre mí!
¡Maldita la hora en que me vine a fijar en ese estúpido!
¡Tengo muchísima rabia! Es más. Me cansé de esta situación. Debe estar en su casa. Iré allá y haré que las cosas cambien. ¡Ellos eran también mis amigos! Le dejaré una nota a Leo, que sepa que volveré pronto.
Te amo Leo! Espérame, esta noche seré tuya!
23 de Agosto, en la madrugada
Esta noche, por primera vez en mi vida, siento el deseo de morir. Nada de lo que hago parece estar bien. Últimamente siento que he cometido los errores más grandes que una mujer pueda cometer.
 Lo siento Sebastián…
He ido a su casa. Su asquerosa gata, que tiene mi nombre, estaba sentada en un muro cercano a su puerta. Me vio y ni se inmutó. ¡Como odio esa gata! Arrogante y prepotente siempre…
Cuando Sebastián abrió la puerta, no pude creer lo que veía. Estaba calvo, pálido, y extremadamente delgado. Estaba con Jonathan y Natalia. Cuando me vio al otro lado de la puerta, la cerró inmediatamente. Imploré y supliqué, pero Sebastián nunca salió de nuevo. Jonathan y Natalia, me atacaron una vez más, desde el otro lado de la puerta. Me echaron como a un perro callejero.
No quisieron responder mis preguntas. ¿Que tenía Sebastián? ¿Estará bien? ¡Tiene que estar bien!
O… ¿es que va a morir?
Cuando llego a casa, Leo estaba furioso. Iracundo. Jamás lo había visto así. Me pegó. Un par de cachetadas me enviaron al piso. Me gritó, me insultó, ni siquiera soy capaz de escribir lo que soy para él ahora. Me sentía diminuta, ahí, arrodillada, aterrorizada por el hombre que amo… y el vociferando, con la voz de un demonio. Indefensa ante él.
Leo, ¿por qué? ¿Que hice?
Y sin embargo, no puedo quitarme de la mente la imagen de Sebastián, en el estado que lo vi hoy.
¿Sebastián va a morir? Estoy desesperada. ¡Quiero escapar!
24 de Agosto. En la mañana.
Leonardo, me acaba de romper el corazón. Me ha dicho que quiere que me vaya, lo más pronto posible. Hoy. Quiere que saque mis cosas antes que el regrese en la noche. No he parado de llorar. ¡Pero si estoy enamorada de él! ¡Y  me ama! ¿Como es posible que me quiera lejos? ¡No! ¡Me rehúso a dejarlo ir!  Somos almas gemelas…Dios ayúdame a conquistar de nuevo al hombre que amo…
La última entrada de mi diario. 26 de Agosto.
Leonardo, ¡es el hombre más despreciable que he conocido en toda mi miserable existencia! Ese hombre me ha humillado de la manera más vil y déspota. Creí que me amaba, creí que significaba algo para él. Él era mi todo. ¿Como pude ser tan ciega?
Me preparé. Jamás me había sentido tan sensual. Estaba hermosa, para él. Mi cabello estaba precioso, había tardado horas en la peluquería. Mi maquillaje estaba impecable. Mi atuendo, una sensual pijama corta y de encajes, hecha en seda blanca perlada.
El último sacrificio por el hombre que… ¿amaba? Todo para él!  Le di todo, y él lo pisoteó y lo escupió.
 Cuando abrió la puerta, vi que venía con alguien más. Una mujer. Me derrumbé. Leo se acercó a mí, a punto de hervir de ira, y me agarró del cabello, tan bellamente arreglado, y me echó de lo que fue una vez nuestro hogar.  Cerró la puerta.
El silencio del pasillo me fusiló, y caí en lágrimas. Lágrimas una y otra vez. Sollocé hasta que el poco orgullo y dignidad que me quedaban, me forzaron a levantarme y escapar de Leo y su nueva conquista.
Era tarde, y solo pensaba en Sebastián. Necesitaba verlo. ¿Estaba enfermo? ¿Cómo pude alejarme de él, estando enfermo? ¿Por qué no me lo dijo?
Caminé, en medio de la noche más negra, y llegué a su casa casi a la media noche.  Llamé a la puerta, pero tardaron en responder. Salió su mamá. Tenía los ojos hinchados. De llorar.
Me invitó a pasar, y de repente me sentí consciente de lo que usaba. Una pequeña pijama perlada y nada más. La vergüenza era casi insoportable. Pero debía saber.
Pregunté por Sebastián. Su madre no respondió, simplemente se paró y me trajo una pequeña nota. La transcribo aquí, textualmente. Lo último que supe de Sebastián…
He muerto, Andrea. Ese día, cuando terminamos, me diagnosticaron un tumor maligno, inoperable. Pensaba decirte, pero, ¿por qué hacerlo después de tus palabras? La mujer que amo me decía que amaba a alguien más. Creo que fue lo mejor. En cierto nivel, fue un alivio, un respiro de tranquilidad. Sabía que tendrías a tu lado a un hombre que sabría valorarte, y te haría feliz. Que te aseguraba un futuro.
Hice prometer a Jonathan y a Natalia que no te lo dirían. No tenía caso perturbarte en tu nueva felicidad.
Sabía también, algo me lo aseguraba, que preguntarías por mí algún día. Ese día, esta nota que escribo sería entregada. Esta es mi despedida. No te preocupes, no te diré lo mucho que te amo, en vida y en muerte. Perdóname, por no haber cumplido mis promesas.
Permite, entonces, que te diga el motivo de mi carta. Mi gata, se quedará sola. Quiero pedirte que la tengas. Que la cuides. No quiero dejarla a cargo de nadie más. Sé que no gustas mucho de ella, pero aun así, mi gata es tuya. ¿La cuidarás por favor?
Te deseo la mayor felicidad,  Tuyo hasta el último respiro.
Sebastián”
De repente aparece Andrea, la gata. Como si hubiese sabido que la carta era sobre ella, se acercó a nosotras, saltó al sofá, donde estaba yo sentada, y con serenidad altanera empezó a lamerse sus patas delanteras.
Mis mejillas eran cataratas de lágrimas.  Rompí en llanto y grité. La madre de Sebastián me abrazó, y lloramos durante toda la noche. Ninguna pronunció palabra. Unidas, llorando al hombre que  amamos.
En la mañana, agotada, salí de la casa de Sebastián. Estaba vacía, sin esperanza. El remordimiento me destruía el alma a cada paso. Me dirigía no sé adónde. En una pequeña jaula llevaba conmigo a Andrea. El legado de Sebastián.
No soportaba la agonía de respirar. Ya no tenía lágrimas que llorar. El mundo era una puñalada en mi corazón. ¿Como vivir así? Cada latido del corazón era una cruel tortura.
Estaba de repente, en el cruce de un semáforo. Estaba en verde. Que patética escena debió ser aquella. Una chica despeinada, descalza, con los ojos destruidos por las lágrimas, y una gata enjaulada. Vi un auto a lo lejos. Venía a alta velocidad. Fue lo único que vislumbre en ese momento. Un escape. De esta vida. Para estar junto a ti… Sebastián.
Dejé la jaula con Andrea, la gata en el andén. Di el primer paso. Cerré los  ojos. Dejé de percibir el mundo.
Un sonido vino de atrás. Un sonido animal. ¿Andrea?
Como si un rayo me hubiese alcanzado, un comando divino, una esperanza naciente de las cenizas de mi ser, abro los ojos y retrocedo, justo para ver el automóvil pasar frente a mi, sin rozarme.
La gata, que odiaba hasta ese momento, me había salvado la vida.
No te preocupes Sebastián, alcancé a pensar. Estaremos juntos.
Seguí caminando, mirando hacia todos los lados buscando algo. Sabía qué buscar. Lo encontraría. Vi aquella pequeña tienda de mascotas, al final de la calle. Crucé de nuevo, y pronto estuve frente a sus puertas. Entré, e inmediatamente lo vi. La creatura más adorable del universo. Un pequeño gatito. Me acerqué a él, me arrodille y le extendí mi mano. El gatito la miró, y con la ternura de un cachorro la atacó como si fuera su presa. Me enamoré del gatito. Adopté al pequeño, y ahora con Andrea en una jaula y con el otro gatito en otra, llegamos a un parque, en medio de la ciudad.
Sentí el sol y la brisa, reconfortantes. La belleza dela vida empezaba a seducirme de nuevo.
Dejé los dos felinos libres. Andrea, la gata, se acercó al pequeño cachorro, y después de un momento de incertidumbre, respondió a los juegos del gatito. Olvidé por un momento todo. Todo.
Llamé al cachorro, y él con celeridad se acercó a mí. Sabía que me amaba. Yo sabía que lo amaba. Lo cargué, y con voz serena le comenté que nombre le pondría. El gatito emitió un maullido, como mostrando su acuerdo.
Andrea y Sebastián. Mis gatos. Mis guardianes. Mis esperanzas. Ya estábamos juntos.
No hay más que leer. El resto de las hojas del cuadernito están en blanco.
¿Ves, Lina? – pregunta Andrea, recibiendo su diario. – Mi tragedia es haber perdido al hombre que amaba. Mientras él moría, yo, como hipnotizada, me desvivía por complacer a un hombre que me maltrataba. Quiero cambiar tu mundo. Déjame liberarte.
¿Qué debo hacer? – preguntó Lina con voz llena de esperanza.
Ámate – fue la respuesta de Andrea, Líder de la Fundación Pétalos de Rosa.
















Se va todo


Se van las palabras
Se van las lágrimas
Se van las risas
Se van las ilusiones

Vienen esperanzas
Vienen mentiras
Vienen verdades
Vienen sensaciones

Vienen los días
Se van las noches
Viene la gente
Se van universos

Y solo quedas tú.
Eterna.

Teatro de la Tragedia


Es un teatro adornado
Bellamente decorado
Donde esta noche se lleva a cabo la función
De tu felicidad y no la mía, veo como se abre el telón

Estas tu y el, gozando de corazón la vida
Es una obra macabra que con dolor invita
Prisionero yo entre los sillones
Y mis ojos al ver tanto amor... son como millones

Pasan las horas, en la función largas como años
No puedo irme pues quiero ver como eras en antaño
Y veo nada mas tu risa y felicidad a su lado
Entiendo ahora mas que nunca por que lo has amado

Se cierra el telón y mi letargo desaparece
Hacen la reverencia, y tu y el se ríen sin detenerse
El se marcha triunfante, yo me quedo como único espectador
Sonríes y me dices que estas sola, y que clamas amor

Me levanto y me marcho del teatro
Te doy la espalda y sufro con el corazón sangrando
Te sorprendes y me gritas por que te marchas
Imposible eludir tus palabras, que son para mi el oxigeno de mi alma

Preguntas y gritas la razón
Me compadezco y giro hacia ti, lento como un reloj
Camino hacia  ella como si fuese a morir
No debiste darle a el lo que era para mi